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Sobre esta publicación

Saludo de Juliana Pungiluppi Leyva, directora general, ICBF

De agua, viento y verdor

Proteger nuestras voces, un ejercicio para la memoria

A pesar de su inmenso valor, las lenguas en el mundo siguen desapareciendo a una velocidad alarmante. Se considera que una lengua está en riesgo cuando hay menos de 3000 hablantes.


Frente a este escenario se han impulsado diversas iniciativas. La Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, un llamado de atención a la humanidad. Colombia no se ha quedado atrás, mediante la Ley 1381 de 2010 se reconoce, fomenta y protege el uso, preservación y fortalecimiento de las lenguas de los grupos étnicos.


Pero aún queda un largo trecho en este compromiso, el Estado colombiano, como responsable del respeto y garantía de los derechos culturales de las comunidades étnicas, debe avanzar en la protección, rescate y revitalización de las lenguas indígenas en peligro de desaparecer.


El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), ante el desafío de vivificar las lenguas desde la primera infancia, entrega a los agentes educativos, a las comunidades y a la ciudadanía esta recopilación de sonidos, fotografías, ilustraciones y narraciones de los departamentos de Amazonas, Cesar y Vaupés en las que se reflejan formas de criar, ser, pensar, sentir, hacer y vivir las infancias en nuestro país.


De agua, viento y verdor, en esta tercera versión, hace un recorrido por cantos, arrullos, paisajes sonoros, relatos ancestrales, prácticas de cuidado y crianza de niñas y niños indígenas de las selvas del Vaupés, las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el Cesar, y las orillas del majestuoso río Caquetá, en el Amazonas. Para ello se invitó al reconocimiento del patrimonio sonoro y lingüístico de los pueblos indígenas Kawiyarí, Pinoãmahsã y Kakua del Vaupés; Kogui y Arhuaco del Cesar; y Bora, Yukuna y Karijona del Amazonas.


La apuesta por la diversidad y el enfoque diferencial de la Política «De Cero a Siempre» ha permitido que, de manera intersectorial y con el liderazgo del Ministerio de Cultura y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, 21 comunidades indígenas de los departamentos de Amazonas, Caldas, Caquetá, Casanare, Cauca, Cesar, Guaviare, Magdalena, Meta, Nariño, Putumayo y Vaupés hayan participado en la construcción de este material desde el 2014.


En la producción de esta tercera versión de la audioteca hemos sido testigos de ceremonias que se llevan a cabo como momentos transcendentes en el ciclo de vida de la primera infancia; por ejemplo, la presentación del bebé a los seres de la naturaleza al nacer, reflejo de la estrecha relación que tienen los grupos indígenas con su entorno, y el lugar preponderante que tienen las niñas y los niños en sus comunidades.


Reconocer, respetar y celebrar la diversidad empieza por valorar la riqueza cultural desde la primera infancia como una oportunidad insustituible para generar sensibilidad en las niñas y los niños, y sentar bases sólidas para establecer relaciones desde la interculturalidad y el respeto por la diferencia. La audioteca contribuye a cimentar el reconocimiento, desde las múltiples infancias en nuestro país, de lo que somos y de quienes compartimos el territorio colombiano.


Este material, sonoro y escrito, pretende llevar por Colombia y el mundo un compendio de sonidos e imágenes que muestran cómo viven otros, distintos en contexto pero iguales en derechos y humanidad. Conocer, comprender y difundir el patrimonio inmaterial contenido en De agua viento y verdor es una invitación a celebrar y proteger nuestra diversidad y multiculturalidad como uno de nuestros activos sociales más preciados.


Agradecemos a quienes hicieron este trabajo posible y esperamos que contribuya a una apuesta por el reconocimiento de la diversidad cultural desde la primera infancia.