La palabra de cada lengua tiene manifestaciones sonoras diferentes, suena y sueña con características propias. Es por esto que la palabra de consejo —la palabra dulce— está vinculada con el sueño. Las canciones maternas y los arrullos son guía y amor, son las palabras de consejo con fuerza de espíritu; muchos cantos constituyen la forma en que las mujeres y los hombres hacen una sola sonoridad colectiva y, también, diálogos cargados de sentido, pues muestran la manera de vivir con los otros para hacer comunidad. 


La palabra de consejo de los cantos abriga el corazón, reconforta el espíritu y les permite a los niños vivir y habitar las historias tradicionales en el mundo del sueño; toda palabra es una forma de transitar por el mundo onírico, por eso las sonoridades de los cantos nos reconfortan, nos ponen a dormir, nos hacen soñar. Para los indígenas esta es una forma de habitar la vida, pues les permite a las personas reconfortarse, vivir con tranquilidad y descansar el espíritu.