La palabra cantada toma forma en manifestaciones sonoras específicas que adquieren sentido en el seno de una comunidad y conforman un repertorio estético (en tanto formas artísticas refinadas de la percepción) y sagrado, debido a su carácter fundamental para cada pueblo. 


Dicha palabra involucra, a su vez, un arte de composición sonora que conserva conocimientos ancestrales acumulados, perfeccionados con el tiempo, puestos en escena para ser pensados, actualizados, en función de las vivencias y necesidades materiales o espirituales de hoy. 

Estas artes poéticas reanudan las enseñanzas sobre la experiencia, los saberes, el pensar, el sentir de los pueblos indígenas, desde la renovación de las historias antiguas en cantos, relatos y arrullos, como parte del día a día del crear comunidad. Estas artes orales acompañan la formación de los niños de acuerdo con las necesidades de expresión y el sentir de cada comunidad.