Cada viaje que iniciamos en la vía de proponer oportunidades, situaciones y ambientes que promuevan el desarrollo integral de los niños y las niñas nos pone en un lugar del mapa sobre el cual, como agentes educativos, proyectamos las intenciones y los caminos que trazarán la ruta para el disfrute de experiencias sobre las maneras propias de escuchar, narrar y cantar. Con ello, se abona el camino para encontrarse con la diversidad como una realidad que posibilita aprender desde la diferencia y tejer puentes interculturales.
Para lograr esto, es importante reconocer que desde la gestación, los niños y las niñas, son parte de una familia y una cultura y como tal, construyen formas singulares de exploración de su entorno, de expresión y de comunicación, bases para la organización de la práctica pedagógica.
En este sentido, lo invitamos a indagar sobre las capacidades y características diversas de los niños y niñas como punto de partida para la exploración de De agua, viento y verdor, ¿Quiénes son?, ¿Dónde viven?, ¿Quiénes son sus cuidadores? ¿Cuál es su lengua materna? ¿Los niños y niñas con quienes compartimos pertenecen a una etnia? ¿Cuáles son los cantos, arrullos y relatos que circulan en las familias y comunidades de los niños y niñas de su territorio? ¿Cómo aporta De agua, viento y verdor en el reconocimiento de la identidad cultural desde la primera infancia? Tenga en cuenta lo que conocen los niños y niñas: cantos, palabras, movimientos, juegos, bailes, etc.
Ahora, es momento de decidir las rutas para trazar el camino. En este punto usted está a cargo del viaje, cuenta con su saber pedagógico enriquecido por la observación y la reflexión de las experiencias que a diario comparte con los niños y niñas y el acercamiento que ha realizado a De agua, viento y verdor en sus tres tomos. Preguntémonos entonces ¿Para qué o por qué explorar De agua, viento y verdor en su comunidad? Y para responder a esta pregunta es necesario que reflexionar acerca de cómo construir nuestra intención en la implementación de experiencias con los niños, las niñas, sus familias y la comunidad, teniendo en cuenta que el contacto con De agua viento y verdor, es una oportunidad para:
• Descubrir en la lengua materna una entrada a la cultura y, en consecuencia, a la construcción de identidad.
• Reconocer y disfrutar la diversidad étnica, lingüística y cultural del país.
• Encontrar en las narrativas y en lo poético de la tradición oral formas de comprender y enriquecer los mundos simbólicos.
• Fortalecer la exploración del medio desde los mundos sonoros.
• Propiciar escenarios de diálogo intercultural que enriquezcan las prácticas de cuidado, de crianza y las interacciones que se dan en los entornos de desarrollo.
Partir de estas oportunidades nos podría mostrar caminos diversos para pensar qué es lo que queremos potenciar en las niñas y niños, encontrando en De agua, viento y verdor un material significativo para alimentar nuestras propuestas pedagógicas, fortaleciendo los procesos que venimos adelantando con los niños y niñas en cada uno de los ambientes y acciones que a diario proponemos. Así, es nuestro turno para definir la meta de nuestro viaje: dibujar en el mapa de esta exploración qué queremos lograr y cuál es su sentido, teniendo en cuenta que es tan importante la experiencia del recorrido como, al final, llegar a buen puerto.
Invitación
De acuerdo con lo anterior, proponemos que entre todos exploremos cómo, desde las distintas experiencias y relatos, que existen en De Agua, Viento y verdor, se construyan ambientes y estrategias que fortalezcan la práctica pedagógica en los lugares en que desempeñamos nuestra labor.
Para esto, de acuerdo a experiencias implementadas con los anteriores tomos de De agua, viento y verdor, quisiéramos proponer algunos referentes que les ayuden en el diseño de ambientes y estrategias pedagógicas:
• La exploración de los mundos sonoros. Reconocer los sonidos propios de las comunidades y sus contextos permite a su vez, afinar la escucha en la vida cotidiana de los niños y niñas y ofrecer la oportunidad de descubrir su entorno cultural y natural desde otros sentidos, enriqueciendo la realidad y las relaciones que se tejan con ella.
• La reflexión en torno a la preservación y el uso de la palabra oral. Lo que nos lleva a reconocer la oralidad como un aspecto vigente de nuestra vida que establece además, un diálogo constante entre el pasado y el presente trayendo la tradición como fuente de sabiduría y de fortalecimiento de la construcción simbólica de los niños y niñas.
• La exploración del objeto libro. De agua, viento y verdor es además de un proceso de recopilación de mundos sonoros, un libro que plantea múltiples posibilidades de lectura, no solo desde lo auditivo, sino desde lenguajes como la fotografía, la ilustración y la misma cultura escrita, en una relación estética con la riqueza cultural, étnica y lingüística de Colombia.
• El diálogo como experiencia significativa. Otra oportunidad que nos brinda esta exploración, es la posibilidad de entablar diálogos entre las prácticas relacionadas con la infancia en las comunidades indígenas y aquellas visibles en nuestros propios territorios. Las niñas, niños y sus familias son arropados por su cultura desde que nacen y, en consecuencia, tienen la oportunidad de comparar las costumbres, prácticas y tradiciones de su contexto con lo que encuentran en De agua, viento y verdor, logrando así una comprensión más profunda de lo propio y de lo que se vive con el otro en su diversidad.
• La creatividad como premisa. El disfrute de estos materiales busca inspirar un movimiento constante entre la exploración y la creación como expresiones propias de la infancia. Por lo tanto, las acciones pedagógicas emprendidas pueden plantear ejercicios creativos de reinterpretación de los relatos, creación de cantos y arrullos, exploración de personajes y formas de contar historias.
• La participación en la construcción de tejido social. La Audioteca permite generar escenarios de diálogo en el que las niñas, los niños, las familias y la comunidad tejen relaciones que fortalecen la construcción colectiva. En este sentido, es necesario plantearnos una escucha sensible a las opiniones y expresiones propias de la primera infancia e incorporarlas en la práctica pedagógica. ¿Qué tal si propiciamos que las niñas y los niños propongan sus experiencias de exploración del material? ¿Qué tal si invitamos a familias y cuidadores a esta exploración? ¿Cómo las familias podrían vincularse?
Ahora estamos listos para el ser y el hacer con los niños y niñas, sus familias y cuidadores. Por eso es importante conocer algunas premisas para vivir las experiencias pedagógicas que podrían orientar el disfrute de la Audioteca.