En Tarapacá cuentan que Shaimushi reunió a todos los hombres para construir la maloca donde viviera la familia Kokama por mucho tiempo, compartiendo sabidurías y alegría, alrededor de las plantas sagradas: yagé, tabaco, yoko, iausa; y los trabajos que les enseñó Tawamarischcpa: la agricultura y las artesanías. Hoy los Kokama de Ronda ya no viven en malocas.
Justo antes de tener a sus bebés, las mujeres tomaban una infusión de yagé. Una vez estos nacían, los envolvían en hojas de plátano para que fueran trabajadores, fuertes y tuviesen muchos hijos; entonces se decía Uwari, “ya nació” o Ainu suitpe, “ya se salvó”.
Después del parto las madres se bañaban con agua de yagé y a los niños los protegían con una hierba llamada copal, que no solo impedía a los malos espíritus dañar sus cuerpos sino que los obligaba a salir de las malocas.