Del fondo de la gran madre brotó una burbuja que al ascender y explotar dio origen al primer padre; quien, en ese momento, recibió las palabras y el poder para transmitirla a sus hijos. Al aparecer se encontró frente a un gran hoyo. 

Durante la noche, el primer padre empezó la creación de la gente. Esa noche la gente empezó a salir del hoyo del origen u hoyo de la humanidad: los Bora, los Ocainas, los Muinanes, los Resígaro, los Nonuya, los Andoque y los Uitoto. Al salir del hoyo ellos tenían cola, pero el padre empezó a cortarles la cola a medida que iban saliendo, así fue que se convirtieron en gente. Cuando amaneció, no toda la gente había salido del hoyo. Aquellos que salieron después del amanecer mantuvieron su cola y siguieron su camino por la selva. 

Luego de esto, el padre le compartió a la gente la palabra y el poder; al hombre le dio el tabaco (bàñehe) y la coca (májchotahe), y a la mujer le dio la yuca dulce (pàkyoomuwà), el ají (dɨɨhe) y el maní (matsajkehe), así se convirtieron en verdaderos seres humanos. Tiempo después, el padre reunió a todos los pueblos y clavó un palo en presencia de ellos diciendo: «Este palo sirve para construir malocas y para las danzas tradicionales. Ustedes deben viajar hasta el centro, donde van a vivir». Los envió a caminar para que, guiados por él, encontraran los lugares que debían habitar. El centro sería el lugar del pueblo Bora. Una vez terminada la construcción de la primera maloca, se celebró la danza yarigua o fiesta grande.