Cuentan los Sáliba que ellos provienen de la isla Margarita, en el mar Caribe, y que cuando vivían allá, cada año debían sacrificar a una princesa para que la isla no se inundara. La amarraban y el agua llegaba hasta donde ella estaba. El año en el que debían sacrificar a la reina Casulú, “La Pacífica”, los Sáliba se rebelaron y abandonaron la isla, remontaron los ríos y llegaron a Orocué, en el Casanare, donde la reina mandaba en todo. Muchos años después llegaron los problemas y los Sáliba navegaron las aguas del río Meta hasta llegar a Tapaojo, en el Vichada. Allí estuvieron un tiempo y luego volvieron a navegar el Meta hasta llegar al Orinoco y vivieron en Venezuela. Al cabo del tiempo, decidieron cruzar el Orinoco otra vez, navegaron el Meta y luego el Casanare y llegaron a un nuevo asentamiento, llamado Morichito porque al llegar Santiago Joropa vio una mata de moriche pequeña. El anciano Hipólito Joropa cuenta que antes de ellos hubo un grupo de familias dirigidas por Tonty Florentino que volvió de Venezuela remontando el Meta, guiado por una gaviota. Ellos viajaban sin rumbo, pero la gaviota sabía a dónde los iba a llevar; volaba delante de ellos y volvía, llevando una sardina en su pico; por el estado de descomposición de la sardina ellos sabían cuánto les faltaba viajar todavía. Siguieron viajando tras la gaviota hasta que un día vieron cómo la sardina se agitaba, viva, en su pico. Allí se quedaron y fundaron un pueblo llamado San Miguel de Macuco, más tarde renombrado Orocué, donde vivieron hasta 1948, cuando por la violencia debieron irse a otros asentamientos.