El agua —espíritu de la madre que da vida— fluye por todos los ríos de Nabusímake. El Kurʉkutʉ nace en el páramo y tiene, montaña adentro, el salto Ati Serecha, una cascada que al caer forma un pozo. Ambos son lugares en los que habitan los padres espirituales del agua o ɟwikʉnowma, que representan la «fertilidad y la madre sagrada». Es allí donde se hace pagamento cuando las personas no pueden concebir hijos, o cuando se quieren evitar complicaciones en el parto. Este salto tiene conexión con la laguna sagrada Ati Nawowa, que está cerca de los picos nevados. 

En el recorrido que hay entre estos tres lugares —Ati Serecha, su pozo y Ati Nawowa— hay otros puntos sagrados en los que se hace pagamento. A estos sitios solo pueden ir los Arhuacos con la orientación y supervisión del mamʉ para alguna ceremonia, como un nacimiento o la armonización de algo o de alguien en particular, como los niños, los alimentos o las casas. Tampoco es permitido sacar arena o piedra de estos lugares para hacer construcciones, a menos que el río arroje dicho material hacia la orilla y, al utilizarlo, se retribuya con pagamento. De esta manera se subsana el desequilibrio que se haya causado.