A los Wiwa les encanta danzar al ritmo de música de trompa, tambores o carrizos. Dicen que cantan para alegrar los árboles o a los niños, pues la danza, la música y el canto son rituales profundos de pagamento: cada canto le paga al ser que evoca, la danza y la música entregan energía y vida a quien se representa, para honrarle y hacerle bien, lo cual los hace felices. Los niños adoran bailar, es un momento de juego y aprendizaje, de encuentro y diversión, de ritual y sanación. En algunas de las melodías que interpretaron los Wiwas para esta publicación escucharás el sonido del shamburrum, como lo llaman ellos en dʉmʉna. Se trata de un instrumento que también se conoce como trompa, birimbao o arpa de boca. Es un arco metálico o de bambú, con una lengüeta de acero, que se sostiene con la boca del músico. Al mover la lengüeta con el dedo sale el sonido. En la foto ves a la abuela María tocándolo y a Pepe Pinto, que tradujo sus palabras.