Este es un acto de compromiso, agradecimiento y amor con la Madre, dirigido por el mamo y la saga, que puede durar cinco días. Una de sus principales ceremonias es la del pagamento: los papás del bebé le entregan a la Madre Tierra su hijo, lo siembran en ella para que lo reciba como su hijo, con amor, y para que le brinde alimento y cuidado durante toda su existencia. Para realizar este pagamento, piensan en ese momento en el que, antes de nacer, su hijo se reunió con lo divino para concretar cuál sería su misión en la Tierra.
Al pensar, limpian todo lo negativo que puedan haber arrastrado y depositado en el bebé de generaciones pasadas, como las enfermedades o los espíritus de la ira o el miedo, y lo ponen en el fondo de un hueco que cavan en un lugar sagrado. Encima plantan la placenta del bebé y la abonan poniendo sobre ella todo lo positivo que previamente han recogido: lo que desean y consideran necesario para que su bebé dé frutos como individuo a lo largo de su vida. Al sembrar la placenta, los padres le piden a la Madre Tierra que le dé a su hijo todas las herramientas que le facilitarán cumplir su misión (comida, casa, salud…). Luego tapan la placenta con tierra y añaden la semilla de una planta o de un árbol. 
Es muy probable que después acudan a este árbol para pedirle consejo, pues este, acompañará el crecimiento del bebé como persona. Durante el bautizo los padres ayunan en las mañanas y después de las cinco de la tarde, comen sin sal porque esta es tan pesada que no deja volar al espíritu, y es justamente en el mundo espiritual en donde se deben hacer todos los trabajos de limpieza y pagamento. Al final los padres se bañan con el bebé, en pozos de agua y también con el pensamiento. Entonces el mamo o la saga consultan al mundo espiritual qué nombre le corresponde al bebé. Para esto tienen en cuenta si nació en la noche o en el día, el linaje de su padre y de su madre, la posición de las estrellas, el propósito de su vida. Una vez le dan un nombre, los adultos pueden volver a comer sal y entonces celebran con danzas y comida que ha llegado un Wiwa más a sus vidas y a su territorio.