Desde el inicio Kuwai nació solo, sin mujer, por ello decidió hacerla. A la
primera mujer la hizo de barro y era muy bonita. Para celebrarlo, llamó a sus hermanas y les ofreció la chicha que él mismo preparó. Al terminar la celebración y quedar solo con la primera mujer, le quitó una costilla y ella murió. Después de esto, vivió solo por un tiempo.

Un día en que caminaba por el monte Kuwai escuchó el paso del viento y una risa encantadora que venía de un árbol de laurel-comino. Sorprendido, decidió cortar el tronco y esculpir una mujer hermosa; su esencia era la del árbol y tomó forma humana, se llamó Waijochine, la que tiene perfume de comino.

Tiempo después, Waijochine fue raptada por el Pato Agujo y por Kurugo. Kuwai recorrió el mundo buscando a su mujer. Un día mientras tomaba chicha la encontró, estaba en compañía de Kurugo, quien había hecho una trampa para asesinar a Kuwai. Él, valiéndose de su poder chamanístico para cambiar de apariencia y en el poder de la palabra, burló la trampa de Kurugo y lo capturó. Para demostrar su victoria, Kuwai envío a sus hijos a recorrer el mundo para que llamaran a todos los seres a que se presentarán ante él.

Así, Kuwai fue reconocido por todos los seres del mundo como el primer Karijona, y por su poder, su astucia y su conocimiento es considerado un dios.