Es una tranquila y soleada tarde en la laguna Piapoco. De repente y por un instante, un abejorro llega y es fuerte el zumbido de sus alas al volar. Cantan las aves que vienen a tomar agua y el viento mueve las ramas de los árboles. Muy suave suenan, al rozarse, dos canoas, que flotan a la orilla de la laguna.