El cuidado del bebé inicia desde el embarazo, cuando la madre y el padre le hablan
y le cantan en su lengua. A lo largo de la gestación, y durante los primeros meses de vida del bebé, tanto la madre como el padre hacen dieta: no comen carne de monte, ni pescados con espinas, ni pescados que hayan caído en trampa de mimbre. Las dietas buscan evitar que estos alimentos retrasen la recuperación de la madre y afecte el desarrollo del niño o la niña mientras está lactando. Por ejemplo, el papá no puede comer boruga (un roedor), pues podría provocar una infección urinaria y alterar los tiempos de sueño y vigilia del bebé: «el niño va a ser como la boruga (que) duerme de día y (está) en la noche despierto». 

A su vez, el padre permanece en reposo los días después del parto, lo que se conoce como «covada», una práctica que reconoce el rol del padre en el desarrollo del bebé. Con esto se busca que el bebé tenga un desarrollo adecuado, ya que si el padre hace trabajos pesados, por ejemplo, el bebé también hace esos esfuerzos. Incumplir las restricciones de movimientos causa retrasos en la curación del ombligo del bebé, incluso puede producirle pujo, susto y diarrea. Por su parte, para prevenir enfermedades, la madre se abstiene de sacar al bebé de la casa o la maloca durante los primeros días después del nacimiento. Y para proteger al niño o la niña del mundo exterior, tanto
el padre como la madre cubren todo el cuerpo del nuevo integrante del clan con pintura corporal que lo protegerá del mundo exterior. 

Existen varios tipos de canciones con las que los Bora acunan a los niños y niñas más pequeños. Hay cantos para arrullar, con ellos se enseñan a los niños y niñas sobre la vida en la selva y en comunidad, y sobre los trabajos diarios. También hay cantos para acariciar, que permiten que la madre y el bebé se vinculen a través de los cuidados al pequeño. Por último, hay cantos de cosquilleo, en los que a partir de juegos los adultos acompañan la crianza y experiencias propias de la vida de los niños y las niñas. 

La alimentación del bebé es muy importante. Durante el primer año, solo consumirá leche materna, luego la madre empezará a incluir en su dieta la carne de monte que el padre traiga. 

Los niños y las niñas Bora no deben quedarse solos en casa, por lo que participan con su padre y su madre en las actividades diarias en la maloca, en la chagra, en la pesca y en otras labores de su comunidad. Desde pequeños reconocen los elementos sagrados de la chagra mientras exploran su entorno. Allí, a través de las historias que
les cuentan los abuelos y otros adultos,
los niños y niñas aprenden a identificar las plantas sagradas, sus semillas, sus usos y la importancia que tienen para su pueblo.
Los niños acompañan a sus padres en las tareas de caza, pesca y cultivo de la coca y el tabaco. Las niñas ayudan a sus madres en las actividades de cultivo de frutas y los asuntos del hogar.