La vida de los Kamëntšá está marcada por celebraciones religiosas en las que sus tradiciones antiguas afloran: el bautismo, la confirmación, la primera comunión, el matrimonio, el velorio, el día de los difuntos, la Navidad y, quizá la más importante: el klestrinyé o carnaval, la  fiesta del perdón, donde vecinos y parientes piden perdón por cualquier falta o malquerencia que hayan tenido en el año.
El carnaval simboliza el  fin de un año y el comienzo del siguiente. Se realiza en la semana anterior a la semana del miércoles de ceniza. Empieza el sábado, con una limpieza espiritual, el lunes se reúnen todos en un lugar cercano del pueblo y desfilan hacia su plaza principal, vistiendo con orgullo sus ropas y adornos tradicionales, llevan sus máscaras de madera y hacen música con sus  flautas, tambores y sonajeros. Una vez se perdonan quienes tuvieron algún enfrentamiento comparten la comida, la bebida, la alegría.