“Todos somos conscientes de que somos tierra, que la tierra es madre, que todas las mujeres son madre que representan la tierra … La tierra es la Madre, la maestra, la casa, que alberga una gran familia: los espíritus, las plantas, los ríos y las lagunas, los animales, los hombres y las mujeres, los Saikuha, por lo tanto el territorio es el origen de la cultura, la vida, así como de la historia y la razón de la existencia”. PEC  Sáliba Orocué-Morichito. 

Para formar una nueva familia los jóvenes y las muchachas Sálibas se preparan desde la niñez. Los jovencitos están listos para ello cuando ya pueden hacer su casa y mantener su conuco; las muchachas cuando ya saben organizar su casa, participar en la vida de la comunidad y hablar su lengua. Cuando ambos cumplen con estos requisitos, los padres de los jóvenes piden a los padres de las muchachas que acepten casarlas con sus hijos. Pero los padres del joven solo lo hacen cuando ya tienen el consentimiento del saikúa, el médico tradicional o sabedor. Este es quien preside el ritual del matrimonio, que asegura la armonía y el equilibrio del nuevo hogar.