Intérpretes

Explicación y traducción: Zarneywia Garavito Torres

Lugar

Colegio Unsigueke, Nabusímake o Busímake, Sierra Nevada de Santa Marta, Cesar.

Los niños y niñas empiezan a ir al colegio al cumplir los seis años. Allí aprenden sobre las costumbres arhuacas, leen y escriben en su lengua, tejen y conocen la historia de su pueblo. También aprenden sobre los valores arhuacos, como la importancia del trabajo en la comunidad. Zarneywia, estudiante del colegio de Nabusímake nos cuenta esta historia sobreun venado muy flojo.

El casamiento del venado y la golondrina

                        Cuando se casaron, él era muy flojo. Dijo que iba a talar el bosque, una semana después de haberlo talado, iba a quemar para sembrar. Después dijo a su mujer que necesitaba semillas. La mujer estaba agradecida con él, creía que era un buen trabajador. Ella fue adonde sus vecinos a pedir semillas de frijoles, ahuyama y maíz. Entonces el venado fue a sembrar las semillas y al pasar tres días le dijo a su mujer que ya estaban en crecimiento, que ninguna semilla fue en vano, que todas habían nacido. 

Entonces la mujer le dijo que quería ir a ver cómo estaban las matas, pero el venado le contestó: «Las mujeres dañan la semilla, no puedes ir». La esposa comenzó a ir detrás del venado, siguiendo sus huellas a escondidas, y cuando llegó allá encontró una pequeña casita armada con paja. También encontró las semillas brotadas y roídas en el piso, sin sembrar. El venado estaba acostado con los testículos blancuzcos, durmiendo.  

La esposa se puso muy furiosa y regresó a la casa. Ellos tenían tres hijos y, de la rabia, la mujer los mató y los cocinó para el almuerzo. Cuando el esposo llegó a medio día, le sirvió la comida. El venado pensó: «Mi mujer, como es tan trabajadora, seguramente cazó algún animal y lo preparó». Él se comió todo y lo sintió muy sabroso. Al terminar de almorzar aún quería más, entonces quiso servirse un poco más. Mientras la mujer salía con el calabazo y la pusa cargada a coger agua del río, él venado quiso servirse un poco más. 

Entonces, al abrir la olla, el venado encontró las cabezas de sus niños, se puso rabioso y fue a buscar a su esposa; pero ella no se veía por ahí. El venado vio a la mujer sobre un peñasco bien alto, al otro lado del río, allá estaba parada. Él le dijo: «Ahora sí nunca te voy a engañar. ¡Regresa, ven!». Pero ella ya se había convertido en una golondrina y se fue volando.

Esto enseña que no debemos engañar a nuestra pareja, esa es la enseñanza que deja.

La pusa es una tela blanca confeccionada para cargar niños. 
La mujer, que era morena, al ponerse la pusa blanca adelante, se convirtió en golondrina.
                    

Imanʉ nʉngwari kusarʉ kʉˈsau nisi zoyana

                        Tikiki sin keiwʉ kʉsawʉ niseri yʉrʉ nʉˈna ey unari chey gawʉn key zoya yanari, semana zareri yow chey ʉngow uba iwari zwʉn zoriwa ni yanaɟu ʉnhasiri.  Zaɟuna keiwʉ kʉɟuˈna ieˈri, amiari, zeyzey azari cheyrwa chʉˈka aˈzʉnna nʉukachunna ná azariri azinamʉ keynakzaɟuna sisʉn keywʉ zoyana, in ɟuna, ichʉ ɟuna, aˈmʉkeywʉ ʉnkʉtanari keywʉ náseri cheyrwase aˈwe uyeri. Cheyrwaseri zarikun keywʉ zoya iri maykʉnʉ ɟwia zaniseri, yow zarika ʉwa iri semana zaniseri aninayʉn nugin yow ʉnbuˈna ni.
 
Keywʉ ieri amiaseri soya awaɟuˈna waˈkun azi zaribonʉnnuko azari “nareri amia kinki zaɟuna waˈnu isʉkwani”, zwein nʉnkwa kʉyana uyeri, atʉkin keywʉ awasi zoyana kuˈtu pási zoyanin tasi, uyeri eykʉ aˈchoréri usatinkwa kiˈpa zʉn nariri zaɟunari yow iwonʉya gʉˈya zʉn zariri ʉnguse bosi zʉn gekwana.

Eyuyeri amiarió asanisi ʉnnakaunari maykʉnʉ gʉmʉsinʉ kʉnʉnari yow ʉngwaka awiri ʉnɟokwa una, ɟwiku ʉnkikumayeri zamʉ kaˈsa ey cheyrwaseri, amia chuká aˈzunna nakin kʉnkʉnʉn ʉnkʉzatasi káchunna nanʉnno azariri, ʉngazʉn ouna aney zʉn akumayeri,  gʉyairi eygwi ʉnkʉˈsa uwa azunna ey uyeri amiari  so rigisiri sichu kʉwenusi, ɟesiˈku zoyana ɟe agikʉn, uyeri eygwi ʉnkaˈsa uwa azareri.

Sakuku aˈsasa gʉmʉsinʉ ɟinazey ná chuyeri ó azanisi azariri amia yari minise azari sekʉnanʉn zoriekinki amiari ʉnchuzaˈnu zʉn nari, atimoku siki anʉkʉchá ná zʉn ʉnchwana, eyuyeri ʉnmikʉrigasay nanʉngwani ʉnnakaú keyé neki, sisio ʉnniˈna zʉn nʉˈna kinkiri ʉnduruna una ey uwame.

Eymari cheyrwari amia kʉrigasay nari iwagawi kukwa, kʉriwiu kweyka neyka ni.