Cuenta un antiguo relato Embera que al comienzo del tiempo, Dachizeze, el padre del mundo más alto, creó a Tutruicá en el mundo de más abajo, y que de su saliva engendró a Caragabí en este mundo. Ambos se retaron para ver si eran dioses: modelaron figuras para infundirles vida; Tutruicá con barro y Caragabí con piedra. El primero creó dos seres inmortales, pero Caragabí no tuvo tanto éxito: sus seres abrían los ojos y sonreían pero no podían moverse. Así que al cabo del tiempo y cuando se convencieron de ser igual de poderosos, Tutruicá dio un pedacito de su barro a Caragabí que fue suficiente para que este creara al primer hombre y, al cabo del tiempo, se las ingenió para conseguir más barro y hacer a la primera mujer.