Dice el abuelo Luis Estanislao Largo que cuando los españoles llegaron “les enredaron” a los Embera el lenguaje y las costumbres. Y aunque en Cañamomo ya no hablan la lengua ẽbẽra bedea ni usan el vestido de sus ancestros o pintan su cara y su cuerpo, ellos continúan siendo indígenas porque recuerdan su cultura: realizan sus trabajos artesanales de tejido, cestería y alfarería, y reconocen lo que vivieron sus antepasados. Los Embera Chamí de La Albania llegaron a esta región hace poco y conservaban mejor su lengua y otras costumbres como el jaibanismo. Ambas comunidades se han unido para fortalecerse y recuperar su cultura.