Así les dije a ustedes, ustedes nos están quitando, pienso yo. No podré ir yo a la ciudad de ustedes; nunca iré, como ustedes vienen acá. En cambio, ustedes vienen a nosotros que vivimos en la selva, que vivíamos con los curas.
Les hablo a ustedes. ¡Sigan! ¿Están vivos? 
Digo yo, llegaron ustedes los blancos, 
se muestran acá hoy, ¿por qué será que llegan donde nosotros? Jande, jande, 
jande, jande, jande, jande, jande, jande, digo yo. 
Donde nosotros los indígenas llegan, llegan, digo yo, 
jande, jande, jande, jande, jande, jande, jande, jande. 
¿Me escuchan ustedes los blanquitos lo que yo les canto? ¿Me escuchan? 
Como yo entiendo algunas cositas de lo que ustedes hablan; 
sin ser blanca entiendo lo que ustedes hablan,
jande, jande, jande, jande, jande.

«¿Están vivos?» es los que traduce el saludo de los Pinoãmahsã.