Cuando Wenbe' Kananidebe' canta recuerda su niñez y lo que hacía con su papá y con Nani, un amigo Nʉkak; cómo compartían su tiempo con los mayores, a dónde iban y con quiénes, qué hacían y cómo aprendió a hacer la flauta. Wenbe' evoca los sitios en los que se quedaban y canta cómo los extraña. También canta sobre cómo ahora es un cazador fuerte que no teme ir solo. Este es un fragmento de su canción, en español: 
Muchachas, mujeres, mujeres, mi cuerpo está en buen estado. Mujeres, donde yo estaba no me encontraban los demás, pero yo estaba en la orilla del caño andando ya me había ido yo caminaba por donde hay animales peligrosos yo caminaba por donde hay animales peligrosos yo hice mi recorrido sin compañía, mi camino lo hice solo. Me dicen así: ¿Con quién andaría él? Yo no soy mujer, para decir a mis hermanas que me acompañen, que vengan conmigo. Mi papá no me hizo como mujer, así siento. A veces pienso dónde los dejé: hay muchos animales peligrosos que nos hacen sentir miedo en el camino y yo no tenía compañero con quién caminar, con quién hacer el recorrido, había algo que me hacía sentir miedo en el camino había un peligro. Yo debía tener un cuerpo fuerte para no sentir miedo. Ellos me observaban y se sentaban, me miraban como si fuera pobrecito, pero yo usaba perfume de árbol yo miraba hacia arriba y cogía mi perfume, continuaba mi camino. Otras personas decían “Ahí viene el muchacho, Wenbe'” y mi mamá se ponía feliz al verme. “Ha venido mi hijo”, decía mi mamá, “era usted que venía, por eso soñé con mis padres ya muertos”. Yo era como un ave que aterrizaba y caía encima de mi madre así lo hacía, así así lo hacía.