Nicolás Ágreda y su maestro, Wilson Chindoy Jacanamejoy, están orgullosos de ser parte de los Kamëntšá biyá, nombre que significa ‘hombres de aquí mismo con pensamiento y lengua propia’. Los escucharás cantar juntos la canción del cumpleaños en su lengua, que se llama Kamëntšá, y es tan antigua que nadie más la habla en el mundo, no es pariente de ningún otro idioma y es tan rica que tiene varios estilos de habla: el de la vida diaria, el de las ceremonias y el de los rituales de los médicos tradicionales. Cuando charlan, a los Kamëntšá les gusta usar metáforas, exageraciones y burlas, pero no te engañes: ¡son muy ceremoniosos! Especialmente en las ocasiones sociales importantes: cuando se saludan los compadres en el bautizo, los mayores aconsejan a los que se van a casar y en los matrimonios, confirmaciones y funerales.
Hoy solo el 6 % de los Kamëntšá hablan, entienden, leen y escriben su lengua; los demás la escriben y la hablan (22 %), la entienden pero no la hablan (25 %) o ni la hablan ni la entienden, como le ocurre a la mayoría (47 %).