Tradicionalmente, los Jiw habitaban las riberas del río Ariari en las sabanas del Meta, tan llanas que estés donde estés puedes ver a lo lejos. En las selvas de galería, las que corren a lo largo del río, solían sembrar en sus chagras. Las cultivaban por un tiempo y luego las dejaban para cazar, pescar y recolectar, aprovechando el verano y su abundancia de vida: el aumento de peces y de tortugas terecas, de iguanas y frutos de las palmas de seje y moriche. Con arcos y flechas cazaban saínos, micos, dantas, cafuches y lapas. Entonces, los Jiw eran seminómadas.
Pero la creciente presencia de colonos en su territorio y la violencia que ha vivido el país desde mediados del siglo pasado hizo que se desplazaran hacia el occidente, por las riberas del río Guaviare, donde predomina la selva húmeda tropical. Ahora las familias Jiw viven en resguardos cercanos a San José del Guaviare donde comparten el territorio con campesinos y pobladores de mayoría no indígena.
(Resguardo, 2005).