Cuando por una enfermedad se está dejando de ser persona (jiwi) aparece el dowajti, el espíritu. Cuando la persona muere, su espíritu se presenta a los otros; ronda las casas y asusta a los demás. El dowatji dista mucho de ser el ‘diablo’, como se ha traducido esta palabra. Aunque no es malo y la gente puede regañarlo y decirle que se vaya para su mundo, algunas veces quienes se cruzan con un dowatji pueden enfermar. Para sanarlos el médico tradicional los reza. (Queixalós, 1989)