En la selva, cuando la noche está despejada, se ven todas las estrellas. El azul profundo  es la casa de Tsamani y sus hermanos: seis estrellas que al unirlas forman una lagartija. Su hermana menor, Ibarruwa, está cerca. Kwemeini, la gran serpiente, atraviesa la noche con su reguero de estrellas desde que Furnaminali hizo que lo llevaran allí dos halcones nacidos de la carne de uno de sus hermanos. Furnaminali o Kajuyali brilla cerca desde que, disgustada porque envió a su padre lejos, la hija de Kwemeini le cortó una pierna. Cuando estas y otras constelaciones aparecen marcan momentos del año para que los Sikuanis siembren o cosechen frutos. Al verlas, el médico tradicional relaciona las historias de su pueblo con lo que ocurre en su comunidad y la aconseja.
En el orden en el que se mencionaron, los grupos de estrellas se conocen fuera de territorio Sikuani como Las Pléyades, La Cabellera de Berenice, la Vía Láctea y Orión (Sanabria, 2011).