Dice don Nemesio Bolívar Conejo que nació “hablando la lengua, gracias a Dios” y que es muy sabroso hablarla con los amigos de su edad. Sin embargo, son pocos, quizá cincuenta, los hablantes que como él usan la variante Totoró del namtrik para resolver los asuntos de la vida diaria, por eso esta es una lengua que está a punto de extinguirse.
Desde 1970 los Totoroez han trabajado para recuperar y revitalizar su lengua. Se estima que alrededor de cien personas son hablantes pasivos; es decir, que escuchan y comprenden, pero no se comunican entre sí en namtrik. Dice don Nemesio que las mamás Totoroez no la usan con sus bebés y que en la escuela a los niños a veces “les parece feo” que les hablen en namtrik. Pero también dice que hablar otras lenguas es "como cultivar rosas". “Es mejor cultivar clavel, que es la propia lengua de uno. No la debemos olvidar. Para ser uno indígena neto tiene que hablar la lengua” (Fundalectura, 2016).