Cuando nace un Wiwa, el mamo le pregunta a las estrellas si será gran tejedor o arquitecto, o si será sabio para los trabajos espirituales y será entonces mamo o saga. Y desde un comienzo lo educan en aquello que va a hacer durante la vida. También le enseñan los oficios indispensables para que nada le haga falta: sembrar, cosechar, construir casa, cuidar animales, cazar, recolectar y utilizar plantas medicinales, recoger fibras para tejer, etc… Durante los primeros siete años, niños y niñas se educan acompañando a sus padres, imitándolos. Una vez cumplen siete años empiezan a trabajar en aquello que sus padres les indican. La enseñanza y acompañamiento de los niños es colectiva. Todos cuidan de ellos. Si una mujer tiene muchos hijos, puede darle uno a su mamá o a una hermana para que lo cuide y se acompañen.