“Los Awá y la montaña somos una misma realidad: lo que suceda a la montaña le sucede al Awá; no podemos vivir el uno sin la otra. Somos gente de la montaña o selva, somos inkal Awá, montaña Awá. … Para nosotros, el territorio son los árboles, los animales, ríos, quebradas, el agua, la lluvia, las nubes, el sol, la luna, el trueno, el cueche arco iris, los espíritus de la montaña, como la vieja, el ‘astarón’, la viuda, el duende, el tiskalla, animal lagarto que se lame la miel de las abejas, las pepas de los árboles, los avisos de la selva… todos forman una sola realidad Awá. … nos encontramos en íntima convivencia con otros habitantes de la montaña y del universo como la gente de río (pi-Awá), la gente de loma (put Awá), la gente de humo (ishkum Awá), de viento (inkua Awá), del temblor (pi Awá), el tío grande o astarón (inkal ampat), el abuelo trueno (ippa), la ‘vieja’ o ‘abuela’ (amparenkua kuankua), y otros.”