Tradicionalmente para fundar una familia nueva se casan dos hermanos de una familia con dos hermanas de otra, y cada nueva familia construye su casa cerca de los padres del hombre y la mujer que la fundan, así se apoyan todos, hermanos, primos, padres e hijos, en el trabajo de la tierra y comparten cuanto tienen. A los niños les enseñan a colaborar, no a competir. A hacer su trabajo lo mejor que puedan, a valerse por sí mismos y seguir las normas. Para los Awá son más importantes las buenas relaciones entre las personas que el tener dinero o el poder mandar sobre los demás; en su sociedad es muy importante la reciprocidad. Durante cientos de años los Awá han vivido de este modo, cultivando la armonía como valor esencia