En Ronda ya no se realiza la fiesta del carnaval, que es la más importante de las celebraciones kokama. Los ancianos recuerdan que preparaban el masato y la comida entre varios, iban a la montaña a conseguir una palma y que, mientras la cortaban y cargaban, bailaban y cantaban al ritmo de tambores y quenas. La traían hasta donde se iba a prender. La adornaban y ponían regalos en la parte de arriba. Y ahí, por la tarde comenzaba la fiesta. Sin zapatos, descalzos, bailaban; era el tiempo de los ancianos, los sabios. Pasaban el domingo y el lunes. El martes tumbaban la palma. Los niños cogían todo lo que había en el árbol.