El bejuco del alma

Cuentan los Kamëntšá que al comienzo de los tiempos, cuando la muerte y la vida, el todo y la nada se pusieron de acuerdo, la anaconda, la gran serpiente, guardó todo su saber en dos plantas: el yajé y la shishaja. El yagé se lo dio a su hijo, el Jaguar, para que lo sembrara en las tierras bajas del Pacífico y la Amazonia. La shishaja se la entregó a su sobrina Shiginquillanga, quien la cultiva en los páramos. Los kamëntšá creen que el yagé o ‘bejuco del alma’ es una planta sagrada. Con ella los taitas, chamanes o médicos tradicionales cuidan su salud y limpian su espíritu. ¿Cómo te cuidan a ti cuando estás enfermo?

Alternate Text

Mapa del sitio

Secciones

  • Dónde estamos
  • Para niños y niñas
  • Para escuchar
  • Leo con adultos
  • Orientaciones
  • Sobre esta publicación
  • Kamëntšá
  • Ette Ennaka
  • Wiwa
  • Yaguas
  • Embera Chamí
  • Awá
  • Korebajᵾ
  • Sáliba
  • Kokama
  • Sikuani
  • Nukak
  • Jiw
  • Totoroez
  • Kawiyari
  • Pinoãmahsã
  • Kakua
  • Arhuaco
  • Kogui
  • Bora
  • Yukuna
  • Karijona

Orientaciones

Materiales y herramientas

Resonancias

Documento Orientador

Instrucciones Niños