escuchar
Como les estaba contando, Kuwoi estaba buscando a la primera mujer. En esa época no había mujeres, y Kuwoi pensó en tener una en su casa para que lo acompañara y cuidara. Entonces Kuwoi. buscó barro y moldeó a la primera mujer. A la primera mujer la hizo de barro. Ella era muy bonita y se amaban. Salían a arrancar yuca brava, y juntos arrancaron mucha. Pero Kuwoi salió a cazar, y mientras tanto la primera mujer se fue a bañar al río y como estaba hecha de barro se disolvió y allí quedó. Kuwoi perdió el ánimo por haber perdido a la mujer. Estaba muy triste, y sin embargo, pronto tuvo otra idea. “¿Qué hago?, ¿busco otra mujer?”, pensó. De verdad buscó y buscó hasta que llegó a un árbol donde había mucha cera. La cortó, calentó y moldeó en la candela. La ablandó bien, de verdad, y dicen que encontró mujer otra vez. Kuwoi dijo “¡Encontré de nuevo a la mujer!”. Dicen que era una mujer bonita y que le preparaba casabe todos los días, pero que un día cocinó muy cerquitica del fuego y, como era de cera, se derritió. Kuwoi, de nuevo triste, cogió arco y cerbatana y salió a buscar, pero no animales para cazar. Solo buscaba una mujer que lo acompañara. Mientras buscaba, escuchó que arriba, en un árbol, unas mujeres se reían. Kuwoi se puso muy feliz. Cuando él gritó y oyeron su voz, de verdad las mujeres se rieron otra vez —¡Eeee! —Kuwoi de verdad gritaba muy feliz—. Arriba encontraré mujeres que se ríen —dijo. Entonces pensó en tumbar el árbol y trajo el hacha. Trabajó y trabajó hasta que lo tumbó. Pero no las vio. Las mujeres estaban dentro del árbol. Como sentía el olor de un delicioso perfume, empezó a abrir el árbol por la mitad, con tal mala suerte que a una de las mujeres le cortó el cuello con el hacha. Pero dicen que después sacó a una mujer que se reía mucho y que olía a un delicioso perfume, dicen que la sacó y que la llevó a su casa. Kuwoi pensó “Ya encontré a mi esposa, la que huele a perfume, ahora mi casa huele a perfume por todas partes”.